Peter Diamandis, un médico e ingeniero especializado en longevidad, ha vuelto a viralizar un consejo dietético simple: “si te gustan las naranjas, cómetelas enteras y no en zumo”. Y, para sorpresa de todos, es una buena idea.
La verdad sobre los zumos
El debate nunca ha sido “fruta sí” o “fruta no”, sino cómo la consumimos. El consumo de fruta en zumo es, posiblemente, la peor de las formas. Al exprimir las piezas de fruta, no solo reducimos la fibra sino que acabamos consumiendo otra cosa totalmente distinta: se empeora la saciedad y se mejora la absorción del azúcar.
La importancia de la fibra
Cuando hablamos de que la fruta es buena, lo que decimos es que necesitamos la fibra que contiene por sus efectos metabólicos y de saciedad. La fibra es esencial para una dieta equilibrada y saludable.
Organismos como la AESAN insisten recurrentemente que el zumo no sustituye a la fruta entera. Y sí, sé que para muchos es un lugar común, pero nunca está de más repetirlo: el consumo de fruta entera ha caído un 14% en los últimos años.
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