La psicología y la economía han dado por válida la teoría de que la felicidad tiene forma de curva U. Sin embargo, un estudio publicado en PLOS ONE ha encontrado que esta teoría no es aplicable a la generación Z. Los datos sugieren que la curva de la infelicidad ha desaparecido y que la brecha de género es alarmante.

En Reino Unido, los datos del UKHLS recogidos entre el 2009 y el 2023 muestran que el porcentaje de mujeres jóvenes con problemas graves de salud mental pasó del 4,4% al 12,7%. Esto marca un cambio estructural en cómo experimentamos la vida en nuestro ciclo vital.

Los datos apuntan a que la llamada “crisis del cuarto de vida” ha desplazado completamente a la crisis de mediana edad. La precariedad económica, la incertidumbre laboral y el difícil acceso a la vivienda son algunos de los factores que contribuyen a la infelicidad en la juventud.

La tecnología también ha jugado un papel en la infelicidad de la juventud. La generación Z ha nacido prácticamente con un móvil debajo del brazo, pero esto ha llevado a una mayor aislación. El 69% de los jóvenes se ha sentido en algún momento solo, independientemente de la cantidad de seguidores que tengan en redes sociales.

Estamos ante un cambio de paradigma global, y esto lleva a una gran tensión de los sistemas de salud pública. La crisis del cuarto de edad coincide también con un aumento de suicidios entre los jóvenes españoles, por lo que los servicios de salud mental deben reforzarse para hacer frente a esta epidemia de infelicidad que se está percibiendo entre la población más joven.

La nueva realidad de la infelicidad es un tema que debe ser abordado con seriedad y compromiso. Es hora de que la sociedad y los gobiernos tomen medidas para mitigar la infelicidad en la juventud y proporcionar apoyo a aquellos que lo necesitan.

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